lunes, 8 de septiembre de 2014

Enseñar la lectoescritura, ¿mejor a los 5 o a los 7?

¿Conviene adelantar los aprendizajes de la educación primaria a la educación infantil? ¿Adelantar el momento de la enseñanza de la lectoescritura?

Sabemos que los países nórdicos no comienzan un enfoque escolar del aprendizaje hasta los 7 años ¡y no parece ser una mala decisión! El énfasis en el juego parece poner las bases para aprender más y con más profundidad.

Pero, más allá de la opinión ¿qué dice la investigación? ¿Existen estudios que apoyen nuestras convicciones y nuestra práctica verbenera? La respuesta es si y, en este caso, viene de la mano de David Whitebread, doctor y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Cambridge.

Demasiado, demasiado pronto. ¿A qué edad comenzar el colegio?. Las pruebas.

Dentro de la investigación educativa, una serie de estudios longitudinales han demostrado que los niños que habían asistido a programas de educación infantil basados ​​en un juego iniciado por los propios niños obtienen mejores resultados académicos, de motivación y de bienestar (Marcon; 2002; Sylva et al, 2004.). El último estudio de 3.000 niños de toda Inglaterra financiado por el Departamento de Educación, mostraba que un período prolongado de educación infantil de alta calidad, basada en el juego proporcionaba una ventaja –especialmente en el caso de los niños de hogares desfavorecidos–.

Los estudios realizados por Suggate y sus colegas (Suggate, 2007; Suggate, Schaughency y Reese, 2012) compararon grupos de niños en Nueva Zelanda que iniciaron el aprendizaje formal de la lectoescritura a los 5 y a los 7 años. Sus resultados muestran que la introducción temprana del aprendizaje formal de la lectoescritura no mejora el desarrollo de la lectura de los niños, y puede ser perjudicial. A los 11 años, no se encontraron diferencias en el nivel de competencia lectora entre ambos grupos, pero los niños que habían comenzado a los 5 habían desarrollado actitudes menos positivas hacia la lectura y mostraban una comprensión lectora más pobre que los niños que habían comenzado más tarde.

En un estudio separado de rendimiento en lectura en jóvenes de 15 años en 55 países, Suggate (2009) mostró que no existía asociación significativa entre el rendimiento en lectura y la edad de ingreso en la escuela primaria.

Este conjunto de pruebas plantea preguntas importantes y trascendentales en relación con los planteamientos adoptados sobre las políticas educativas aplicadas actualmente en Inglaterra tanto en la educación infantil como en los primeros cursos de primaria. El gobierno del Reino Unido debería tomar en serio estas evidencias si le importan los logros académicos y el bienestar emocional de los niños.

Fuente: Too Much Too Soon: School starting age: the evidence donde puedes acceder a la bibliografía de gran interés.


2 comentarios:

  1. Este tema se repite constantemente pero, nunca se aborda adecuadamente. La cuestión no es cuándo, sino cómo. Sin duda la lectoescritura no debe suplantar el juego pero, ¿qué tal si planteamos la lectoescritura como un juego? El gran problema es el enfoque que se le da en España a la lectoescritura.

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  2. El cuándo y el cómo están intrínsecamente unidos. Plantearnos el cómo sin cuestionarnos el cuándo sigue colocando un aprendizaje más de todos los que hay que hacer en infantil en el centro del día a día del aula, como tantas veces sucede.

    Si al final la presión social da por hecho que al entrar en primaria la mayor parte de los niños deben estar leyendo, estaremos colocando una presión excesiva sobre un número importante de niños y niñas (aquellas más pequeños, más inmaduras, menos motivados, con menor interés, más activos…).

    Ante esto investigaciones como la que se recoge en el post y la pedagogía comparada nos muestran que países que abordan este aprendizaje más tarde son más eficaces (en los resultados) y más eficientes (en los recursos consumidos). Y esto es algo insoslayable.

    De cualquier modo, en Verbena, la lectoescritura –pero sobre todo el amor por la letra escrita– estaba presente en el día a día, como algo necesario, imprescindible, absolutamente integrado en el día a día por maestras y alumnos en forma de listas, cuentos, noticias… en un entramado entre las múltiples representaciones de lo vivido y el acceso a ese mágico instrumento para crear y compartir pensamientos.

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