sábado, 22 de noviembre de 2014

Si no tuviéramos escuelas infantiles. Vicenç Arnaiz

Publicado en el diario Menorca del dia 12 de septiembre de 2014.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, las criaturas crecerían envueltas en un solo relato y una sola manera de explicarlo. 

Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabrían que la vida tiene muchos caminos y que hay muchas maneras de avanzar.


Si no tuviéramos escuelas infantiles, los más pequeños creerían que solo existe lo que se ve desde su portal.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchos padres y madres solo tendrían sus ideas de cómo educar. Cuando alguien cree que solo hay una manera de hacer las cosas, deviene fanático y no puede educar.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, habría quien no sabría que existe la infancia, porque no conocería a otros pequeños.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas familias no entenderían a su hijo o hija, porque para entender a uno tienes que conocer a muchos.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas niñas no sabrían qué es un padre ni qué es una madre, porque para saberlo tienes que relacionarte con otros que no sean ni tu padre ni tu madre. Tampoco sabrían que tienen una familia, porque para ser consciente de ello necesitas verla desde afuera.

Si no existieran escuelas infantiles, muchos niños no sabrían que después del llanto viene la risa. Cuando lloran, muchos no recuerdan que antes reían, y cuando ríen creen que no volverán a llorar. Ver a otras criaturas llorar cuando ellos están riendo les descubre cómo habitamos las emociones.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, las criaturas crecerían envueltas en un solo relato y una sola manera de explicarlo. Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabrian que la vida tiene muchos caminos y que hay muchas maneras de avanzar.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchos niños no sabrían que tienen una historia ni sabrían que hay muchas historias, porque no podrían escuchar a otros explicar la suya ni nunca podrían narrar la propia. Si no tuviéramos escuelas infantiles, no sabríamos reparar el sufrimiento de los niños, porque no sabríamos si lo que sufren es evitable o no.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, quizás no sabríamos que el futuro es posible, porque los adultos a menudo nos obcecamos con el pasado. Son las criaturas quienes nos exigen hablar en futuro, sea perfecto o imperfecto.

Si no tuviéramos escuelas infantiles seríamos menos humanos porque las problemáticas de los más pequeños serían más invisibles y casi siempre Ilegaríamos demasiado tarde.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, muchas criaturas creerían que solo se puede jugar de una manera. Crecerían que siempre tienen que escuchar y que hablar es cosa de los adultos. Creerían que ser feliz es cosa de niños y que para hacerse mayor hay que reír menos, enfadarte más y dar muchas órdenes.

Si las escuelas infantiles no fueran para todos, habría más criaturas que no se alimentarían adecuadamente, más familias que tendrían que explicar que el derecho a la educación de momento es una mentira y todos sufriríamos las consecuencias de crear dos infancias la de los ricos y la de los pobres.

Si no tuviéramos escuelas infantiles, seríamos menos humanos, porque muchas criaturas no conocerían las 100 maneras de hablar que tienen las manos, ni las 100 maneras posibles de llorar y de reír. Creerían que solo hay una manera de pensar.

Muchas criaturas no sabrían que ellas también pueden ayudar y solo aprenderían a obedecer. Pocas criaturas sabrían consolar.

Muchas criaturas no aprenderían a soñar, ni sabrian de diferencias entre sueño y razón. Peor todavía: quizás creerían que solo se puede descubrir con la razón. Quizás creerían que solo existe un mundo y que este mundo ya está hecho.

Muchas niñas creerían que cantar juntos no cambia nada.

Si no tuviéramos escuelas infantiles nos querríamos menos, porque muchos solo conoceríamos una manera de hacerlo.

Si no tuviéramos escuelas infantiles nos las volveríamos a inventar.

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