miércoles, 9 de mayo de 2018

Guía para proyectar y construir escuelas infantiles @fempcomunica @educaciongob

La escuela infantil concebida como ambiente de aprendizaje supone pensar en los espacios y materiales como el tercer educador (Loris Malaguzzi)

La educación es una acción solidaria de toda la comunidad por eso la escuela además de una dimensión pedagógica tiene también una dimensión política y social. Por eso la calidad de los espacios de los servicios destinados a la educación de la primera infancia son elementos estratégicos en el futuro de la comunidad.

Estos materiales llegan para llenar el actual vacío de referencias que precisa quien afronta la redacción de un proyecto arquitectónico para albergar un centro educativo para los tres primeros años de vida.

Plantearse los requisitos y condiciones de una escuela infantil exige abrir prácticamente las mismas cuestiones que la redacción y del proyecto educativo: qué objetivos nos proponemos, qué servicio debe prestarse y cuáles con las necesidades de sus usuarios. Y las respuestas implican posicionamientos en muchas dimensiones: desde cuestiones tan generales como la ubicación del centro y su función como espacio ciudadano a otras tan concretas como la ubicación de las mesas de cambio de pañales.

El libro, dirigido por Vicenç Arnaiz, supone un documento imprescindible no solo para construir los escuelas infantiles sino también para habitarlas de modo que se respeten las necesidades de niñas/os y educadoras/es.

La introducción es un condensado de buenas ideas en educación infantil, el resto del libro analiza la ubicación de la escuela (Capítulo 3), la organización de los espacios (Capítulo 4), los materiales y sistemas constructivos recomendados (Capítulo 5), las infraestructuras (Capítulo 6).

Resulta de especial interesl el capítulo 8 dedicado al mobiliario y equipamiento; así como el último, que que recoge trece escuelas situadas en diferentes lugares de España que suponen un completo modelo de buenas prácticas,

Una joya, editada por la Federacion Española de Municipios y Provincias en colaboración con el Ministerio de Educación en 2011, que puedes descargar en el enlace

 
1. Introducción

1.1. El juego de los niños como una necesidad 21
1.2. Las escuelas infantiles reggianas 21
1.3. Referentes de calidad europeos de los Servicios para la Educación de la Primera Infancia 22
1.4. El espacio como variable pedagógica 23
1.5. Los grupos de niños y los niños en grupo 24
1.6. Aulas, rincones, talleres y ambientes 25
1.7. Las cinco dimensiones de los espacios en educación infantil 28
1.8. Conceptos claves en la concepción de los espacios y ambientes 29
1.9. Diálogos entre la arquitectura y la pedagogía 31
1.10. Escuelas infantiles como servicios territoriales para la socialización de la crianza

De la introducción

El niño pequeño como ciudadano de pleno derecho y su educación
Los humanos no sólo somos educables desde el nacimiento sino que necesitamos ser educados desde el primer día. Los procesos de atención estructuran los vínculos y el apego desde dónde se accede a los procesos de humanización cultural. Todo está por hacer al nacer y sin embargo lo esencial ya está estructurado a los tres años.

La evolución de los primeros años de vida no puede ser considerada sólo como de adquisición de aprendizajes sino que son de creación y desarrollo de estructuras básicas del psiquismo humano. Son estructuras y capacidades psíquicas que se crean y desarrollan mediante procesos educativos.
Antes de los tres años se crea la capacidad de comunicación y de lenguaje: el pequeño descubre que el lenguaje existe y adquiere la capacidad de comprenderlo y producirlo.

También se adquiere la capacidad psíquica de amar y de ser amado, la capacidad de vincularse a una comunidad. Enferma quien no vive envuelto de afecto en estas edades. Pero también enferma si no tiene la oportunidad de ser sujeto de afectos, no sólo objeto. Ello incluye la escuela infantil que debe constituir un ambiente que lo sustente.

Y es también ahora cuando adquiere la capacidad de interrogarse, la capacidad de descubrir su entorno físico, la capacidad de comprenderlo, de hacerlo objeto de sus experimentos y de ensayar explicaciones, la capacidad de preguntarse y de preguntar. En definitiva se capacita para construir una relación inteligente con el mundo.

Nadie duda que si todo esto no se ha iniciado antes de los tres años será difícil que lo consiga más tarde.

Esta capacitación sólo tiene un nombre: educación. Por esto la educación en los primeros años de vida es una de las condiciones para garantizar una mayor igualdad de oportunidades.

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