miércoles, 16 de octubre de 2013

El déficit de juego

Sin libertad para jugar los niños nunca crecerán

Hemos encontrado este artículo del Peter Gray, psicólogo y profesor investigador en el Boston College; y autor del libro Free to learn y del blog Freedom to learn.

Nos ha encantado y hemos traducido los párrafos finales.

En la escuela, y en otros lugares donde los adultos están a cargo, son los adultos quienes toman decisiones por los niños y resuelven los problemas de los niños. En el juego, los niños toman sus propias decisiones y resuelven sus propios problemas. En los entornos dirigidos por los adultos los niños son débiles y vulnerables. En el juego, son fuertes y poderosos. 
El mundo del juego es el mundo en el que el niño practica para ser adulto. Pensamos en el juego como algo pueril. Pero, para el niño, el juego es la experiencia de ser como un adulto: actuando de una forma autocontrolada y responsable. En la medida en que acabamos con el juego, estamos privando a los niños de la posibilidad de practicar para ser adulto y creando personas que irán por la vida con un sentido de dependencia y victimización, con la sensación de que por ahí fuera hay alguna autoridad que se supone que le va a decir lo que tiene que hacer y cómo resolver sus problemas. Esto no es una forma saludable de vivir.

En las últimas décadas, como sociedad, hemos puesto en marcha con nuestros hijos un experimento de privación del juego. Los resultados, creo, están ahí. La privación del juego es mala para los niños. Entre otras cosas promueve la ansiedad, la depresión, el suicidio, el narcisismo y la pérdida de la creatividad. Es hora de poner fin al experimento.

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